Sorprendente
y corrosivo tema de este amigo estadounidense, en cuya letra declara como en el
título “Nada es sagrado, todo sangra”.
Una especie de punk metal electrónico, con base rítmica de drum and bass con el agregado de
guitarras y bajos con una buena dosis de distorsión más un sintetizador que no deja de sonar
durante el coro. Las voces son en su mayoría gritos casi ininteligibles a veces
filtrados, distorsionados y en otra sección de la pieza son susurros
inquietantes y emocionales.
La
composición es muy breve y parece no necesitar más que minuto y medio para
agarrar al escucha por las solapas y decirle “¡no desperdicies!” Cuando apenas
comienzas a agarrarle el gusto, la canción termina dejándote con ganas de
escuchar más y con ganas de ir a la iglesia más cercana a confesar todos tus
pecados.
No apto para
oídos refinados.
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