En la línea de bandas como Slipknot u otras por el estilo, el abigarramiento de riffs de guitarra muy distorsionada en drop c, voces desgarradas y enmarañados pasajes de batería; los estadounidenses de LoveKill nos presentan la “escoria de sus vidas” en este tema que invita al moshpit desde el primer segundo. La producción es notablemente nítida como era de esperarse, ya que es una tendencia de este tipo de bandas el tener una filosofía de antitética sucia limpieza, donde podemos percibir claramente cada uno de sus elementos que a su vez buscan ser lo más corrosivos posible.
La pericia instrumental es obvia y se agradece, mas no sorprende. Las secciones de la pieza se desenvuelven sin dificultad en donde lo más destacable son las vocales bastante bien logradas a través de doble trackeo y una pizca de filtros y paneos que descansan a la perfección sobre la base musical. Quizá la mejor parte sea el breve bajón de intensidad al minuto con cuarenta segundos después del cual sobreviene un muy penetrante breakdown en halftime donde, tanto la sección instrumental como vocal, lucen antes de recaer en el estribillo final.
Corey Taylor
estaría orgulloso, enhorabuena.
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