Indie rock pop de factura teutona; rítmico, alegre y casi histriónico. La lírica hace referencia a una persona que parece conseguir lo que quiere haciendo uso de una personalidad dramática. Inflexiones vocales que transmiten plenamente el sentimiento letrístico sobre una base rítmica y armónica con ecos de The Cardigans o los primeros Garbage (menos los sonidos electrónicos, cabe aclarar). La melodía se distingue por su simplicidad, llegando por momentos a ser más “hablada” que cantada.
En el tema permea una guitarra crunchy clásica del género, que durante los versos hace mutis y gradualmente va a apareciendo con arreglos cada vez complejos hasta llegar al rasgueo pesado de los estribillos. La batería contribuye con un bien logrado uso del silencio y el espacio (tan o más importante que la música misma) echando mano de diferentes recursos que distinguen cada una de las secciones. Solo bombo y tarola aquí, unos contratiempos semiabiertos por allá y al final los platillos en toda su capacidad.
Producción indie de la buena, balance entre
composición y ejecución. Congruente y agradable al oído. Vale la pena darle la
oportunidad a las dramáticas cortinas que combinan (¿con la alfombra?)
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