Como la etiqueta lo indica, este es rock clásico americano. Ni más ni menos. Con la particularidad de provenir de la tierra del chocolate fino y los bancos, Suiza. El tema es dirigido en su totalidad por la guitarra eléctrica potente y bien trabajada, hay algunos guiños modernos muy específicos y escasos, que solo refrescan pero de ninguna manera distraen del sonido principal cercano al rock duro.
Es una composición bien trabajada que recuerda por momentos a unos más poperos AC/DC o a la horda de clones de Van Halen que surgieron en su momento. Hay una honesta inocencia en este track que conquista y no permite la negatividad. No es otra cosa que una canción de disculpa sobre un fondo de rock del bueno. El coro es pegajoso y la melodía vocal junto a la guitarra protagoniza sin hartar. Música para sentirse mal (por la letra) y al mismo tiempo levantar el puño y beber de tu cerveza con amigos que ya se les está cayendo el pelo y la hipoteca les está quitando el sueño.
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