Ritmo atresillado bajo colchones de sintetizadores y arpegios sombríos, más bien discretos en su tono. Voces procesadas y envueltas en ecos y reverberaciones que crean pasajes sonoros que sugieren lejanía, melancolía, la distancia que crea el tiempo imparable. Construida en su totalidad alrededor de una tonalidad menor, aquí la intención es clara. Se pretende crear un trance (precisamente por eso se le llama así al género); donde música, sensaciones y probablemente alguna sustancia entactógena se conjugan para desembocar en un viaje mental, espiritual y obviamente musical.
Hay poca experimentación, quizá sólo un poco a nivel percusivo y en el alguno de los muchos sonidos utilizados que se alejan lo suficiente por momentos, para justificar el carácter de “novedoso” a la hora de describirlos. Ideal para escuchar mientras se realiza una actividad física no demandante, mas no está peleado con el disfrute pasivo de un sillón y los audífonos en solitud. No recomendable para fiesteros.
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