Penetrante tema con marcado acento post punk, es que lo nos presentan los cigarrillos de dulce llegados de la tierra de McDonald´s y el héroe del western John Wayne. Lo primero que llama la atención (pasada la estridente introducción) es la voz grave y parsimoniosa que da vida a los versos. Un vez llegado el estribillo, el asunto cambia y se vuelve aguda y desgarrada, contraste interesante y agradable que brinda frescura.
Las secciones instrumentales nos regresan a la atmósfera postpunk gracias a la combinación de efectos como la reverberación y un delicado chorus en la guitarra sobre una base rítmica modesta y minimalista. Nuevamente, el arma secreta del ritmo resulta ser el bajo, que no se limita a seguir la armonía marcando únicamente los acordes, sino que se desenvuelve sobre su propio carril brindando dinámica y una agradecible sensación de movimiento.
Imperdible
paros los amantes del post punk o el
indie rock más depresivo.
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