Interesante vuelta de tuerca el combinar melodías pertenecientes al más puro happy punk de primera mitad de los dos miles con una instrumentación cien por ciento computarizada. Como si una canción de los Save the Day fuera remezclada y despojada de toda la instrumentación tradicional (guitarra, bajo, batería) sustituyendo todo con secuencias de percusión, arpegios de sintetizador, efectos electrónicos y pads etéreos.
Musicalmente y compositivamente el track navega las aguas de la famosa vuelta armónica mega popular de canciones como “Despacito” que ya ha demostrado ser absolutamente infalible y una fórmula bastante flexible al momento de crear secciones que aparentan ser distintas aunque se siga repitiendo a lo largo de toda la canción. A nivel de letras, este corazón fantasma y su ángel gritón no hacen otra cosa que describir a una persona a través de unas gafas de cristal rosado, es decir el ya conocido “anhelo romántico” tan socorrido y, hay que decirlo, identificable para muchos de nosotros que aún queremos creer en el amor.
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