Gran placa de este artista mexicano que recién comienza su etapa solista, con una temática que según el mismo describe “habla de una relación tóxica que terminó, y que debió terminar mucho antes”. Destaca el marcado sonido post punk tan de moda hoy en día, con una voz que a momentos recuerda al chileno Beto Cuevas, por su expresividad y amplio rango. Sin embargo, la atmósfera musical dista mucho estar cercana a aquél grupo famoso en los noventas. Aquí hay una intencionada urgencia en la veloz batería y la omnipresente guitarra chorus que se repite como un drone de ragga al unísono de la lírica.
Conforme la grabación avanza se van a agregando sutiles arreglos de guitarra que acompañan a los, en principio solitarios, bajo y batería. Ecos de los argentinos Babasónicos en algunas de las inflexiones vocales, aparecen durante el estribillo para cerrar el mismo con un acertado lick guitarroso que acompaña unos últimos “oh oh, uh uh” que semejan un lamento; la tristeza de saberse solo y al mismo tiempo la certeza de estar mejor que antes.
0 Comentarios