Sentimiento
a flor de piel en este trap de aire
sombrío con dedicatoria especial para los corazones rotos.
El tema abre con un arpegio de guitarra eléctrica en tonalidad menor sobre la cual aparecen los primeros versos junto a un beat clásico de trap al tiempo que se van agregando teclados y sintetizadores atmosféricos e incluso una orquesta en el estribillo. Y entonces aparece un solo a dos guitarras con alta distorsión. Grata sorpresa. La producción limpia y quirúrgica, sigue la tendencia del urbano de trabajos altamente procesados y con edición milimétrica. Gloriosamente prolijo.
La voz llega por momentos a recordar al rugido soul de Bruno Mars sobre todo en las partes más agudas de su registro. Gran punto a su favor. En cuestión letrística, como se mencionaba antes, el autor explora la temática del desamor de una manera cruda y honesta. Con un lenguaje claro y directo. Versos bien construidos de flow impecable.
Venezuela se
hace presente, como siempre, ofreciendo grandes exponentes. En esta ocasión el
turno es de Luzardo. A escucharlo.
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