Thrash metal
escandinavo de excelente factura para headbanguear y beber cerveza sin mirar a
los demás a los ojos. Como debe ser.
La banda se
describe a sí misma como “un puño de perdedores que se conocieron en un
decadente bar en Mälmo, Suecia que no se cansaban de beber cerveza. Cuyo sello
al momento de entretener consiste en guitarras pesadas y letras iracundas a un tempo veloz que te harán agitar la
cabeza” y estoy de acuerdo con casi todo, porque sería imposible que unos
perdedores pudieran crear tremenda bola de energía, enojo y poder agresivo como
lo es esta fina pieza de thrash metal.
Como lo dicta el manual, el punto central lo
ocupan los pesados y creativos riffs de guitarra eléctrica que a momentos
parecen coquetear con el progresivo del teatro de los sueños; gracias también,
en parte, al excelente trabajo percusivo que raya en un virtuosismo inusual
pero bienvenido en el género; mientras una vocales cercanas al grito desgarrado
de un Lemmy con giros melódicos que llegan a recordar al pelirrojo favorito del
thrash, Dave Mustaine de Megadeth.
Impecable y prístina
grabación, tremenda composición y estupenda interpretación. 10/10
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