Impresionante
proyecto británico mezcla de góspel, blues, rock y sicodelia que no tiene
desperdicio.
Como si se
tratara de una propuesta proveniente de la segunda mitad de la década del
sesenta, esta placa recrea la perfección dicha época a través del órgano hammond, piano acústico, un lejano
saxofón, guitarra eléctrica a momentos con un ligero overdrive, en otros con un sutil wha,
y una deleitante pista de batería. Estamos frente una pista instrumental de
acompañamiento verdaderamente sobresaliente; con absolutamente cada cosa en su
lugar en términos de grabación, ejecución, composición, arreglo, orquestación y
un largo etcétera.
Mención aparte, merece la poderosa y emotiva voz masculina (que por momentos llega a recordar a un joven Tom Jones). Abrevando directamente del góspel y el blues más clásico, el cantante despliega un talento y habilidad fuera de serie, con interminables recursos vocales que fascinan. La voces femeninas a veces a coro y en otras haciendo acertados ad libs estratégicos, resultan conmovedoras y apasionadamente profundas. Como mera curiosidad cabe mencionar el marcado acento americano tanto en los sampleos hablados como en las voces cantadas. ¿Serán expatriados en Bretaña, serán extractos de canciones viejas, o será una colaboración intercontinental? Tal vez nunca lo sabré.
¿Qué más hay
qué decir? Dejen inmediatamente lo que sea que estén haciendo y vayan a
escuchar esta canción. Joya im-per-di-ble.
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