En este primer sencillo de su nueva grabación, el norteamericano Scott Siskind nos presenta un tema que, según él mismo explica “lo escribí durante una época en la que trataba de encontrarme a mí mismo después de un cambio significativo de vida”. A través de guitarras rítmicas acústicas, sutiles pero precisos arreglos de guitarra eléctrica en los versos y un deleitante piano eléctrico; la placa avanza grácilmente en un midtempo que se duplica al llegar al estribillo, con una explosión de vocales armonizadas, espolvoreadas de melancólicas secciones de chelo y violín. Excelso.
Composicionalmente resulta interesante la deliberada falta de descanso o clímax, el tema camina en un crescendo constante que nunca resuelve en algún tipo de descanso armónico y eso agrega un elemento excepcional de anticlímax bastante adecuado a la lírica. Únicamente al llegar al último acorde y la última palabra, es cuando resuelve. Recomendable.
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