La compositora sueca nos presenta un refinado tema de indie pop del cual afirma “lo escribí acerca de perdonar algo que parece imperdonable. Algunas veces debemos poner la otra mejilla y elegir ver lo bueno en la gente” Temática mas que identificable para todos y que resulta bellamente complementado por la pista instrumental (imperdible el silbido de la introducción). Empezando por checar todas y cada una de las casillas del buen indie pop: batería seca y precisa, guitarra acústica a quintas muteada en los versos, bajo discreto que solo marca y una contenida explosión melódica de notable intensidad en el estribillo. Voces armonizadas y en ocasiones octavadas, más un exquisito uso de los sintetizadores y una solitaria mandolina programada (el elemento “extraño” de toda canción indie que se respete)
La voz,
suave y melodiosa es el elemento distintivo que, a pesar de recrear mucho de lo
que ya se ha hecho en el género (lo que indica un respeto hacia quienes han
estado antes de ella), resulta encantadora y cautivante gracias a un timbre
delicado que provee de un agradable ambiente etéreo. Dense la oportunidad.
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