Pop rock neo
zelandés de aires indie; relajado,
melódico y atemporal. Una combinación de The Kooks y unos Silverchair más
alegres. Ojo aquí.
El tema
posee, de entrada, un aire tranquilo
debido al ritmo shuffle a
medio tiempo, casi funky. Primero con
la introducción de acordes de guitarra
eléctrica y luego junto al resto de la instrumentación básica de la banda de
rock. Ingenioso el recurso de simular teclados por medio de slide de guitarra y mucho delay.
En término de composición, la pieza utiliza mayomente tonalidades menores, apoyando la temática lírica de anhelo romántico y angustia amorosa. El masivo estribillo destaca por su inteligente selección de notas y la utilización de un estupendo falsete en la voz, que permite a esta sección en particular seguir caminando a pesar de no haber un cambio significativo en el acompañamiento. Y ésta sería mi parte favorita de toda la canción si no fuera por el ya conocido y últimamente poco utilizado mecanismo estructural llamado “parte c” o lo que es lo mismo; una sección totalmente nueva, distinta a los versos o al estribillo. Gratamente sorpresivo, el cambio de tonalidad y sobre todo a la métrica vocal confieren un aire épico de alta intensidad interpretativa y musical. Luego de dicho momento explosivo, volvemos a terreno conocido con la aparición del pegajoso coro por tercera y última vez con algunos agregados instrumentales y sutiles cambios a la línea melódica.
Tema redondo
y creativo recomendable para fans de Counting Crowes, o Dave Matthews Band.
0 Comentarios