Guitarras overdrive
a quintas con una pizquita de phaser,
batería seca y energética, bajo discreto y sólido más una voz que por momentos
llega a recordar a un joven Mick Jagger o incluso al genio mod Paul Weller.
La composición fluye sin dificultad entre sus secciones
ingeniosamente identificables gracias al uso de dinámicas, el silencio y el
espacio; ya que el tema se basa en su totalidad sobre un mismo patrón armónico.
Hay un mínimo uso de efectos en la voz como filtros y algunos ecos de aire
retro que no hacen más que aportar al entorno musical.
Mención aparte merece el inigualable solo de guitarra que
destaca por su particular sonido cercano a un sintetizador y su exquisito uso
de la disonancia. Sorprendente.
Si te gusta el indie
rock directo y sin adornos, esta canción es para ti.
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