Esta es una excelente colaboración entre los artistas Patrick Keenan (música) y Peter Jickling (letra). Con sonido tendiendo a lo oscuro, esta es una balada que inmediatamente se revela como un intento profundamente creativo y sincero que exponer las dificultades de la experiencia humana y sus relaciones. A través de sonidos cercanos al soul, blues y al rock, la placa se desliza sin dificultad dejándonos con sentimientos de vacío y autorreflexión inesperados.
Instrumentalmente se basa en la formación básica del rock,
guitarra eléctrica overdrive, un
piano absolutamente desolador con arpegios en tonalidad menor, una batería a
seis octavos sólida y matizada, y un bajo que marca los cambios brindando base
efectivamente.
A esta formación clásica se le agregan algunos efectos
sintetizados que no tienen otra función más que la de contribuir al entrono
sonoro sobrecogedor y lúgubre.
La composición es acertada y armoniosa, sin embargo contiene
el elemento sorpresivo de la disonancia en un build up pianístico que resulta encantador y amargo por igual.
El trabajo vocal es adecuado y armoniza hermosamente en las
diferentes secciones con un timbre medio-agudo que se luce durante el
estribillo especialmente.
Para los fans del
Radiohead del Ok Computer, e incluso Jeff Buckley. No lo piensen más. Vale
mucho la pena
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